sábado, 15 de agosto de 2015

Y de repente ... DESCENT!!

Mi visita más reciente a España fue hace dos años, en el mes de julio de 2013.

Por aquella época, ya había contraído nupcias con mi pareja Rachel, a la cual amo más cada día que pasa. Antes de ese viaje, había hecho otro (en el mes de marzo) en el que, como de costumbre, había visitado unas cuantas tiendas frikis con mis amigos de Madrid. Ir de tiendas frikis es casi una religión, y es la excusa perfecta para acabar borrachísimo perdido con tus amigos de uña y carne y tirado en cualquier rincón de Lavapiés (precioso). Algunas veces hasta comprábamos miniaturas, cómics o juegos. Las que más, pinturas y pinceles. Recuerdo un land rider de los ultramarines pasearse por todos los bares de la Cava Baja.

El caso es que siempre me llamó la atención aquella gran caja azul con las letras "DESCENT, un viaje a la oscuridad" en su portada. "DESCENT ...". Siempre preguntaba al más friki que tú y que yo de la tienda por el jueguito en cuestión. Y siempre obtenía la misma respuesta: bueno, largo pero bueno. Buena ambientación, buen desarrollo de personajes, te mantiene en tensión. En general, recomendable. El precio, algo caro. Y que no me animara a comprarlo no fue nunca una cuestión de precio, más bien fue una cuestión de si sería capaz de sacarle el partido que un juego de esas características requiere, es decir, grupo de colegas que se junten a jugar más de tres horas de forma más o menos periódica. Y en verdad, ese es mi grupo de amigos, sólo que no sólo nos clavamos con un juego, sino que aprovechamos para meter en los "frikidays" más juegos, por el placer de disfrutarlos y de pasar ratos juntos haciendo lo que nos gusta (beber cerveza, ¡ah!, que te habías creído lo de los jueguitos. Claro, igual que mi madre).


Esos amigotes tuyos son muuu raros. ¿No te estarás endrogando?

El tiempo pasó y pasaron los años con él, y también los meses (qué poético me pongo yo sólo). Y llegó una segunda edición del Descent y una simplificación de las reglas y del juego en sí mismo. Empecé a leer sobre la nueva mecánica y me gustó. También oí críticas menos buenas, como que se perdía la profesionalización y el rol de los personajes dentro del juego (es decir, el guerrero no es el guerrero, el mago, no el mago). Pero, en general, la información que llegaba era buena. Así que, después de haber intentado jugar al rol con mi esposa sin mucho éxito, y con muchas ganas de compartir tiempos frikis con ella (no nos olvidemos nunca de las cervezas), me decidí a comprarlo. En aquel segundo viaje del año 2013, en una de nuestras salidas frikis, en una de nuestras visitas habituales a una tienda con un tipo que seguro sabe más que tú y que yo sobre cosas frikis, volví a preguntar al susodicho, esta vez por el DESCENT seguna edición. Su respuesta fue clara: bueno, largo pero bueno. Buena ambientación, el desarrollo de personajes no es tan bueno como en el primero, pero aún así te mantiene en tensión. En general, recomendable. Muchacho instruido. En fin. lo compré. Y ese mismo fin de semana lo probamos. La sensación del grupo en general fue buena. Efectivamente un juego dinámico, cuya curva de aprendizaje para todos es exponencial, y que, gracias al desarrollo y aprendizaje de habilidades de los personajes, el juego tiene más que ofrecer conforme se va avanzando en la historia (para los que no conocen el juego, se trata de un juego atado a una historia jugada en unas 11 partidas en su versión simple, en cuyo final siempre se adquiere experiencia y oro que puede gastarse en nuevos equipos y en desarrollo de habilidades). Es como jugar al rol de la forma más simple y llana del mundo. La historia no requiere excesiva preparación, se puede rolear, y no requiere de un calendario judeo-masónico para programar la siguiente partida.


Partida de las buenas. Larga y tensa. ¿A que luce guay?

Hasta aquí, todo maravilloso. Yo enchufado, amigos frikis satisfechos, metajuego prometedor. Faltaba la prueba de fuego. Disfrutarlo en la casa. Tengo que decir que jugar con mi mujer es divertidísimo. Se toma los juegos en serio no, lo que le sigue de en serio. No hay espacio para una duda en una regla o en una mala interpretación. Las reglas se tienen que saber de memoria. Además, juega para divertirse, lo que no le quita competitividad. Afortunadamente para todos, es un juego cuya mecánica base se aprende en menos de una hora, y la aventura inicial es perfecta para poder poner sobre la mesa la mayoría de ellas. Total, que llegué con mi jueguito bajo el brazo. Lo planté sobre la mesa, monté con ella el primer escenario, hablamos de los personajes y las reglas y nos pusimos a jugar, y ... ¡Éxito! ¡Le gustó! ¡Le gustó mucho! Es una sensación estupenda. El hecho de acertar con un juego para la casa es estupendo, pero el hecho de disfrutarlo juntos es más estupendo todavía. No sé por qué tienen las mujeres tan mala prensa con los juegos de rol o de mesa, algo que yo puedo desmentir por completo. No sé si será gracias a su espíritu participativo, al Descent, a su imaginación o a todo en general, el caso es que a día de hoy no sólo jugamos Descent, sino también participa en dos mesas de rol que yo dirijo, y lo disfruta mucho. Lo disfrutamos mucho.


Madre e hijo contra padre. Juego fácil de aprender y muy visual

En resumen. Juego divertido. Rejugable. Engancha. La curva de aprendizaje es exponencial, se aprende muy rápido, pero aprender combinaciones de habilidades y de personajes requiere tiempo. Jugar contra el Señor Oscuro, que es otro jugador, le da un plus, bajo mi punto de vista. Además, la evolución en las habilidades del Señor Oscuro también recae en parte en la victoria de los diferentes escenarios, lo que supone un reto constante. Como hay recompensas para el Señor Oscuro o para los jugadores en un mismo escenario, desata la competitividad del grupo. En serio, muy divertido (al menos bajo nuestro punto de vista familiar). Si tenéis hijos en edades a partir de los 10 años, os recomiendo que probéis a jugar con ellos o ellas, porque, aunque los expertos en frikismo digan que los roles se han perdido, si no se consigue una buena estrategia, ganar al Señor Oscuro es bastante complicado. Además, yo le pongo al asunto elementos de dungeon master, con voces, con los diferentes elementos de campaña (tienda, visita al pueblo, al recorre el camino hacia el lugar de la aventura, ...), para que mi hijo se sienta atraído por la historia y se sienta partícipe del destino de su personaje y de su pueblo. Bueno, y ya metidos en pedagogía, para que vaya desarrollando la necesidad de cooperación con los demás en la vida, que cuanto antes lo aprendan todos, mejor, incluso muchos adultos, y no quiero señalar a nadie.

Hasta la próxima entrada!!

2 comentarios:

  1. Víctor,

    Fue un gusto y deleite leerte después de mucho de no hablar. Te felicito por la iniciativa con el DESCENT y espero que pronto podamos compartir un grupo de rol, que desde que nos cruzamos en el Bilbao lo venimos diciendo y nada.

    Como tema paralelo, tengo unas propuestas que, creo, te van a encantar. Ludificación de la educación, tutoría por pares, juego de rol y mucho más. La próxima semana Mau y yo presentamos una ponencia en Puebla y sería un honor y un placer que nos dieras tu opinión como friki y director de juego experto.

    Un fuerte abrazo.
    Santiago.

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    1. Mecagüen, ni te había leído. Tengo la insana costumbre de no visitar el blog frecuentemente, aunque tengo la sana intención de cambiarlo.

      Me encontré tu respuesta y me encantó, aunque ya sea un poco tarde para lo de Puebla. No obstante estoy organizando una mesa de rol, que de hecho tiene cita este domingo, y además todo lo que sea educación y renovación me encanta.

      Te escribo a tu mail para ponernos de acuerdo y sentarnos a platicar con un buen mezcal, o dos.

      Un gran abrazo amigo.

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